El pasado 3 de septiembre, el juez Richard M. Berman dio su fallo en el controvertido caso entre el mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Tom Brady, y la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL por sus siglas en inglés). La NFL había decidido suspender por 4 juegos de la temporada regular a Tom Brady. Pero el 3 de septiembre, el juez Berman declaró nula la suspensión.
La suspensión de Tom Brady se basó en la acusación de que él tuvo conocimiento que personal del equipo de Nueva Inglaterra había desinflado balones de futbol para favorecer el juego del mariscal de campo. La NFL ya había multado a los Patriotas por $1 millón de dólares, además de perder la primera y cuarta selección del reclutamiento de jugadores colegiales del siguiente año.
El fallo del juez se basó en deficiencias legales que la NFL tuvo en su decisión de suspender a Brady, entre ellas la omisión de dar aviso a Tom Brady de su posible suspensión, el negarle la oportunidad de careo con uno de los investigadores del caso y negarle el acceso a los archivos de la investigación, incluyendo notas de las entrevistas de los testigos.
El juez Berman consideró que Tom Brady no recibió oportunidad alguna de defenderse, y para la alegría de los seguidores de los Patriotas, Tom Brady fue exonerado de su suspensión y la NFL recibió un revés más en su ya dudoso historial disciplinario con los jugadores de fútbol americano profesional.