Es fácil ver que en nuestro país, la gente está enamorada de los perros. Cuando pasamos un día en el parque o tomamos una breve caminata por el vecindario es seguro que nos encontremos con alguien caminando con su perro. Es más, ¡quizás tú también tengas a un pero como mascota! Debido a la gran probabilidad de que te encuentres con un perro ajeno, aquí te damos unas sencillas recomendaciones para evitar una mordedura.
Una de las reglas que los entrenadores de perros comunican es siempre tener cautela cuando te acerques a un perro y preguntarle a su dueño si te puedes acercar a su mascota. No importa si el perro se ve amistoso y dócil; lo importante es tener cuidado y respetar el espacio del animal. Si el dueño te ha dado permiso de acercarte a su perro, hazlo despacio y solo acaricia la espalda, evitando tocar la cabeza y el cuello. Si el perro ladra o se agita, aléjate despacio y sin mirarlo a los ojos.
Un perro puede morder aún si tomas todas las precauciones debidas. Si has recibido una mordida de perro, lava inmediatamente tu herida con agua y jabón y se recomienda que vayas con tu doctor para que te revise. Si el perro tiene sus vacunas al día, no debes de preocuparte demasiado. Si el perro no tiene sus vacunas o es propiedad de una persona a la cual desconoces, tu doctor probablemente te indique recibir una vacuna contra la rabia.
Es muy cierto el dicho que dice “el perro es el mejor amigo del hombre,” y la gran mayoría de los peros que son mascotas, son amistosos. En caso de que hayas recibido una mordedura de perro, consulta con un abogado para conocer tus derechos legales.